Adiós
incandescencia
En
Europa se ha adoptado la nueva medida de decirle adiós a la fabricación de
focos incandescentes como los fabricados alguna vez por T. Alva Edison, a partir del 1º de septiembre no se podrán
producir ni comercializar estos focos en la Unión Europea; según las
autoridades del viejo continente se debe al alto nivel de consumo energético y
la gran contaminación que representa desechar cada bombilla de este tipo.
Esta
medida acaba con la historia de un invento que por poco más de un siglo
independizara a la civilización de la luz solar dando paso a una revolución económica
más eficaz. Debido a su bajo costo de adquisición se convirtió en el foco
preferido de los europeos, sin embargo con el surgimiento de las nuevas
tecnologías, los descubrimientos de gases y químicos más eficientes para
generar luz, la incandescencia tuvo que decir adiós.
En
México existe un retraso tecnológico de 10 años según el jefe del departamento
de Matemáticas de la Facultad de Ciencias de la UNAM, lo cual representa que se
siga desperdiciando energía eléctrica en lo que “el futuro nos alcanza”.
Si
bien es cierto que en tiendas de autoservicio ya se ofrecen los nuevos modelos
de iluminación como lo son las lámparas LED, sigue siendo costoso y desconocido
para la mayoría de la población, por lo que se opta en seguir comprando focos “normales”.
Lo mismo
sucede con los focos ahorradores que ofrecen una luminosidad similar a los
incandescentes pero con un menor consumo de energía eléctrica, pese a los
esfuerzos del actual gobierno por renovar esta tecnología, hay aún una gran parte de la población que sigue utilizando tecnología del pasado.
Qué se
necesita para que en nuestro país se pueda llegar a hacer lo mismo que en el “Viejo
Mundo”, pareciera que la respuesta está en las políticas de energía, apoyo a la
ciencia y la economía de la sociedad, si bien es cierto que todos estos agentes
juegan un papel importante dentro de este tema, la conciencia de los habitantes
es más importante, pues con una cultura mejor y más actualizada la sociedad
podría en lugar de esperar el futuro, exigirlo.
Y aunque
parece que esto es algo utópico hasta cierto punto, no hay que perder la fe,
además hay que adquirir o copiar la moda de las potencias y hacer un bien por
nuestro planeta; así puede ganar una mejor calidad de vida y nosotros un menor
rezago tecnológico.
La promesa en el mundo para la luminosidad son los focos ahorradores o la tecnología LED. |
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